Jacqueline Costales Terán, desde el genoma de su piel; memoria histórica de sus palabras. Abraza la partitura para entonar todas las músicas, incluso aquellas que un día arrullaron nuestra desventura, solo así logra cobijarse en el filo cortante de la luna acida al poema en la cinco puntas de su yo.
A Espaldas de la Luna, con el amor en la fragua fundamental de nuestra vida, Costales teje el corazón en una poesía de fino erotismo, con una construcción donde las búsquedas se tornan en hallazgos y su voz adquiere personalidad.
Llegado es pues el momento de consagrar en el fuego sus poemas y que mañana se canten en la intimidad del fuego sus palabras.
La Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Chimborazo, se empina en el taita Chimborazo para transmutar el tiempo y el espacio en la colección Poesía en Pie, memoria viva de nuestra palabra y que hoy proyecta el trabajo de Jacqueline Costales Terán, mujer vida, mujer poema, mujer palabra que canta, canta, canta…
Gabriel Cisneros Abedrabbo